Domingo de Pascua
Como es costumbre en estos tiempos y latitudes, en Semana Santa el cielo está azul, el sol blanco, y un calor de todos los diablos me evoca las llamas del Purgatorio. Sea por Dios. Este año me acabo de dar cuenta que el ambiente de temporada cuaresmal me resulta muy diferente en Querétaro que en San Luis Potosí. Supongo que me he dado a los recuerdos, pues he estado pensando en mi mami y en todas las ceremonias a las que asistía durante estas fechas, a algunas de las cuales me llevaba con gran aburrimiento de mi parte. Creo que no se perdía ni una jaculatoria. Todo empezaba el Miércoles de Ceniza y luego: las misas especiales, los días de vigilia y abstinencia, Domingo de Ramos, la visita a los siete templos, el lavado de pies, las siete palabras y se me acaban las devociones para recordar todos los eventos religiosos que nos llevaban hasta la Procesión del Silencio. Y al silencio en la casa, pues mamá no nos dejaba prender el radio, ni tocar el piano, ni mucha ni poca fiest